Los moralistas
Algunas veces pienso que todo es parte de una mala broma de alguien que manipula mi vida... pero también no sé si soy la única (lo cual sería ridículo) que piensa que existe un hueco de realidad en cada palabra que soltamos con el tiempo, como si se desgastara a cada que nos sucede algo. El mismo "te amo" que le decías hace tres años a alguien seguro ya no es de la misma forma o ya no es a la misma persona. Como si buscáramos sustitutos para esos sentimientos, una necesidad de otorgar ese sentir, y no un nacimiento de en una persona como una nueva sensación.
Solo puedo estar segura de algo, si al no agotarse el sentimiento como llama en extinción, puede que sea más que solo una necesidad, por eso el siguiente poema sin prosa pero con carne.
Los moralistas
De sol y nubes,
De ríos y pantanos,
Al color de planetas lejanos y caminos abandonados,
De unos labios delgados que albergan secretos
Y uno que otro beso.
Se funde en mi ser luminoso
Su lado que es el más oscuro.
Sabores, advertencias,
Peligros y seguridades,
Abrazos y máscaras
Para fingir que nada pasa y
Que identificamos en uno mismo.
Es aquel que yo deseo en su deseo
Y que sin lógica alguna,
Ni propósito serio,
Amo al estar adentro.
Es la noche y es la brisa del día,
Es el desvelo descuidado que me agita.
Ese miedo y esa duda,
y ese odio a la moral que incita.
Es él, la forma en la que
Me pierdo sin permiso
Y me voy a un abismo.
Es imposible en muchos años,
Es excusas de diario,
y suerte en días de festejo.
Es manejar con los ojos vendados,
A 120 km/h como mínimo,
Y confiar que no va a pasar nada.
Es risa que me desespera
Y música que me encanta,
Es peligro con advertencia,
Y que su ausencia es condena.
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