Lecciones Inesperadas de recuerdo

Un lunar en el ojo, una sonrisa tierna, un cabello alborotado. Caminando por las calles de noche bajo efectos de psicotrópicos, y en el día rara vez lo veía. Así con esa voz de sueño y sueños que eran metas, esas ganas de vivir en lo lejano, en la playa, en el desierto. No sé en qué momento se convirtieron esos sueños a pesadillas de  vivir en anexos y un mundo que se derretía con música llena de altibajos y que hacía que el mundo se movía tan lento que la cabeza dolía y pensabas que en algún momento la tierra te absorbería en tu estado líquido para solo dejar de existir en físico pero seguías ahí sin sentido alguno solo viendo como los demás  pasaban a tu alrededor y te pisaban, y ahí seguía ese loco que no dejaba de gritar bajo los efectos del alcohol en el sillón que en algún momento tenías que haber ocupado…. o No?

Lo quería, de una forma que me hacía sonreír y me llenaba de alegría cuando lo veía porque él tenía un efecto caramelo, un efecto lleno de risas y lleno de retos. ¿Debía quedarme más tiempo? ¿Cómo iba a saber que necesitaba más de nosotros? ¿Cómo no pude prever eso? ¿Cómo permití que su terquedad en ese estado ganara ante mis inseguridades? ¿Teníamos que haber sido más insistentes? ¿Nosotros lo orillamos? ¿Qué era lo que pensaba, o cuál era más bien su único pensamiento?

El viento se lo llevó y no pude correr con él, se fue a un lugar que seguro tendrá todo lo que quería y que las voces se callarán y que dejará de sentir ese estado líquido y que las pesadillas serán lo último en que preocuparse, se fue y no sé a dónde pero ya no está.

Amigo, decir lo siento jamás podrá acercarse a ti, un lo siento no recuperará alguna de nuestras charlas, de nuestras risas, o de tus miedos que me compartías, no recuperará ese tiempo que te desaparecías y que ahora ya no te hará regresar. No aprendí a tiempo el actuar cuando tal vez me necesitabas, pero si puedo prometerte algo, es que aprenderé de cada una de las cosas que compartimos.

A dónde sea que vayamos al final, y ya sea que nos encontremos por suerte…