Adios al Romancticismo
Adiós al romanticismo
Se escuchó cómo derrapo el auto al salir huyendo hacia
aquella esquina. La noche apenas comenzaba y había poco tiempo para actuar,
mucho para pensar y las palabras intentaban surtir efecto como pastillas que en
algún momento mortales, fueron drogas.
Sussie se había quedado en el suelo aun llorando y sin
entender que había ocurrido, era demasiado monstruoso y quería bloquearlo. Sus
labios, sus sensuales labios que habían sido los seductores por excelencia
ahora estaban llenos de sangre ajena y lo inquietante era que a pesar de que se
sentía insegura de lo que había hecho, creía que era necesario o que al menos
en ese momento la situación así lo dictaba.
No puedo explicar todos los hechos sobre cómo ocurrió
dicho accidente ¿o incidente? No, no sin antes explicar lo que existía con
anterioridad, debo explicar cómo fue que Sussie se relacionó con el más grande
criminal de la ciudad, debo explicar cómo fue posible que son sus bellos labios
comenzará a besar a su víctima hasta provocarle una herida.
Sussie era conocida por su bella sonrisa y su
espectacular forma de caminar, piel
morena, piernas grandes, sus caderas soleadas y su inteligente forma de seducir
y matar a dos pájaros de un solo tiro, pues dentro del bar donde ella trabajaba
se encontraba Billy, que como siempre estaba rodeado de sus mujeres.

Billy era un sujeto bien parecido, alto y de masa
corporal musculosa, de cara fina y figura ágil, su cabello lacio tenía un corte
particular que daba un poco de miedo pero su presencia era la imponente al
momento de conseguir mujeres para que lo acompañaran a cualquier lugar, siempre
estaba rodeado de al menos cinco. Esa tarde decidió ir por unos buenos tragos,
seguro festejaría algo, así que se acercó a la barra y pidió un trago sin ver
quien se lo servía. Cuando levantó la vista, Billy encontró frente a él los
labios más rojos y carnosos que podría desear sentir por todo su cuerpo, los
labios de Sussie que estaba enfrente de él sirviéndole en la barra. Billy le
guiña el ojo, cree que está noche tendrá una chica más a su colección.
Sussie lo sigue hasta al baño tras una notita que fue
de olvidada de forma discreta. Billy si bien tenía fama de ser un gran asesino,
su fama de ser un excelente amante era aún mejor; la excitación brutal del
esculpido cuerpo de él con unas cicatrices que lo enmarcaban perfectamente con
su reputación eran el conjunto perfecto con los labios de Sussie que no podía
dejar de recorrer el cuerpo de Billy una y otra vez. Si, cogieron y más de una vez, por más tiempo de lo que la
gente creía que Billy podría obsesionarse de una chica.
Sussie por su parte no había dejado de pensar en
Billy, su actitud misteriosa la desconcertaba un poco. Una noche al salir ella
de su trabajo camino a su casa comenzó a
notar que alguien la seguía. ¿Sería Billy? Comenzó a caminar más rápido para no
tener que preocuparse mucho hasta que notó que efectivamente dos hombres la
habían comenzado a seguir. Ella corrió hasta su casa creyendo que los había
evitado al momento de estar dentro con el seguro bien puesto, lo que no contaba
era que estos sujetos jamás la dejarían en paz, pues su misión era Billy y sus
objetivos eran hacerle el mayor daño posible sin importar quien estuviera en
medio de la situación. Así Sussie descubrió uno de los profundos secretos de
este asesino, y no fue que en cuestión de semanas enfrentaría a su más difícil
decisión.
Sussie planeo la salida perfecta a su situación, la
evaluación era fácil: era su vida o la de él. Aquellos hombres la habían
amenazado de muerte sino ayudaba a atrapar a Billy y ella, a pesar de su amor
por él, por aquel hombre que probablemente solo la consideraba como la chica de
la temporada, terminó por actuar.
Tras algunas noches de planeación ella lo había
invitado a cenar en su casa en dónde todo estaría listo para que solo uno de
los dos sobreviviera.
Billy nunca sospechó de Sussie, pero como el asesino
que era, sabía ser cuidadoso y
cauteloso, descubrió que dentro de las actitudes de Sussie había algo
diferente. La tomó entre sus brazos y la besó profundamente, la única actitud
sensata en ese momento era hacerle el amor con toda la pasión que una chica
como ella en tan poco tiempo le había inspirado, pues si debía admitir algo es
que ella se estaba convirtiendo en su mayor debilidad, debilidad que disfrutaba
mucho pero que igual arriesgaba demasiado.
“Adiós al romanticismo” pensó ella mientras estaba
entre sus brazos, desnuda y acostada a un lado de él en la cama. Se sentía
triste porque ella conocía el secreto de él, secreto que nunca le diría aunque
le jurara amor de verdad. Lo despertó le
dijo que tendrían que salir huyendo de
ahí y justo en ese momento entraron los hombres a perseguiros para saldar las
cuentas pendientes. Corrieron al auto y mientras ella manejaba él comenzaba a
disparar a quienes los perseguían, hasta que ellos le obstruyeron el paso y los tomaron a los dos.
Mientras sujetaban a Billy y lo golpeaban otro había
agarrado a Sussie para torturarla justo enfrente de él. Fue en ese momento fue
cuando Sussie comprendió algo importante: ahora los dos jamás podrían
estar juntos de nuevo, al menos no hasta que terminaran con aquellos con los que se habían metido. Y mientras Billy
había sido herido, ella ya sin pensarlo y sin saber cómo exactamente pudo tomar fuerza
y zafarse de quien la había considerado ingenua. Tomo el arma con un poco de miedo pero con mucha decisión y
comenzó a disparar a los demás hombres.
Sussie que solo
sabía servir tragos en un bar, no sabía muchas cosas pero si sabía que
el alcohol bajo la chispa perfecta provoca explosión. Esa misma chica que nunca
pensó en matar a alguien y menos por alguien que amaba en esa situación, ahora
estaba manchada de sangre, llena de rasguños, pero aún conservaba la felicidad
de aquella extraña y dudosa entrega de amor que había compartido con Billy.
Mientras ella temblaba Billy la tomó entre sus brazos,
la consoló un rato y trato de tranquilizarla ahora que veían que estaban solos.
La besó tiernamente cómo si algo dentro de él estuviera gravemente agradecido,
pero fue justo en ese momento dónde aparecieron más hombres apuntándoles a la
cabeza, con el gatillo en la mano y esperando en algún momento disparar. “¡Alto!” terminó de gritar Billy, todo
tendría una explicación.
Billy que tras varias semanas de haber estado con
ella, había dudado de la realidad de esa situación, había dudado del amor de
ambos y había dudado de la reacción de ella. Todo, absolutamente todo era un
trampa. Una trampa vil que solo
funcionaba para probar la realidad y sinceridad de Sussie hacia él. La clase de
cosas que un asesino estaría dispuesto a hacer por conocer la verdad.
Al saber esto Sussie se asustó, rompió en llanto en el
suelo y no dejó de pensar en todas las cosas que había hecho para llegar ahí. Ella tenía
razón, en definitiva después de esto no sería tan fácil que volvieran a estar
juntos. ¿Cómo alguien podía dudar de
ella y llegar a semejante extremo? No lo sé, pero sin duda las cosas para los
dos no habían salido cómo lo planeaban cada uno.
Sussie agarró el auto y se fue tras entender que la
duda que él había tenido en ella había sido más que una trampa mortal pero
también entendía la posición de él. Sin
embargo ella, cómo todas las mujeres, esperaba ser el cambio de su vida. Así que arrancó y se fue pensando en él, en
su amor y el grave error que estaba haciendo al alejarse de quién más quería.
¿Acaso Billy hubiera hecho lo mismo por ella? No lo
sé, pero la última vez que lo vieron traía tatuado a la altura del pecho los
labios de aquella chica que sin duda jamás podría quitarse de la mente, de sus
pensamientos y de su piel.
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