Ojalá pudiera llorar como antes.

Ojalá pudiera llorar como antes, recuerdo que había noches en las que cerrar los ojos era difícil porque ardían demasiado. Recuerdo las noches en las que dormir después de llorar era enfrentar la nariz tapada. Recuerdo haber tenido una playlist para escuchar en esos momentos, hasta había canciones que me hacían llorar.

Ojalá pudiera llorar como antes, era más fácil. ¿Acaso hay una cuota de lágrimas? ¿Por qué no puedo llorar como antes?

Recuerdo que un día dije que ya no lloraría más por las mismas cosas, y creo que realmente lo cumplí, y no me arrepiento, pero a veces quisiera poder descansar un poco lo que tanto tengo dentro. Ojalá los sentimientos se pudieran vomitar y saldrían en una sola noche, saldrían desde el fondo de los intestinos, desde las entrañas, rasparía la garganta pero sabrías perfectamente que mañana ya estaría mucho mejor, y que solo necesitaba descansar.

Tal vez lo que duele es el saber que se enfrentará ese proceso, en el que estarás bien, en el que te darán nauseas y solo querrás usar placebos y algunas drogas para tu realidad. Que quieres solo distraer tu mente de esas dudas y que nadie sabe lo que realmente quiere. Duele saber que lo que veías especial no lo era en realidad, duele saber que tu tampoco eras especial, duele saber que en algún tiempo esto no va importar.
Duele saber que en el tiempo en el que te vas a recuperar, tú en realidad planeabas estar más cerca que unos centímetros de tu pareja; pero la realidad solo será que ya habrás olvidado eso, esa persona también y que probablemente cada quien esté en otras cosas y con otras personas.

Duele que sea rápido, duele no poder dar explicación, duele pasar por ese proceso necesario como una burocracia emocional, duele no poder llorar.