¿Qué fue de mi 2015?

No lo sé, realmente hay muchas cosas que quedaron inconclusas pero no quiero preocuparme por terminarlas porque eso ya no me corresponde.
La primera mitad de mi año parece un tanto lejana, confusa, casi irreal, pero si puedo estar segura que hubo mucha luz en esa parte, una luz que no me da miedo mirar ni cuestionar ni recordar porque pensaba que muchas de esas cosas nunca me sucedería y  me sucedieron y me la pasé muy bien. Viaje a algunos maravillosos lugares con gente maravillosa y creo que a pesar de la situación llegue a sentirme llena, satisfecha  y feliz. Tal vez la clase de felicidad de la que sabes que nunca se repite.
La segunda mitad de mi año fue la más interesante tal vez para muchas personas, para quienes se la pasan diciendo que el ser humano debe crecer. ¿Recuerdan ese jarabe pestilente que nos daban de pequeños para que no nos enfermáramos? Bueno no recuerdo como se llamaba pero lo que sí es que me hacia pensar que crecer apestaba (literal) y que yo no quería porque ser una niña alta ya era demasiado para mí, ya tenía todo lo que necesitaba, así que… ¿para qué rayos necesitaba crecer más?
Así fue mi segunda parte del año, esa pestilente medicina que nadie quiere. Me encontré con muchas sorpresas y tuve que realizar en medio año todo lo que no había hecho en un año y medio. Claro, entendiendo que hay cosas con fecha de caducidad que ya no puedo arreglar a estas alturas, pero que si tenía muchas cosas que hacer.
Primero empezó todo cuando comencé a salir con una persona muy  especial para mí a estas alturas de mi vida, una chica que parecía desde un inicio muy sincera conmigo, como si todo lo que hubiera aprendido en los últimos años se fuera a la mierda y encontrar a alguien en quien pudiera confiar desde la primera charla,  nuestro primer trabajo juntas, y que además pensara muy parecido a mí me hacía sentir que podía ser yo misma de nuevo.
Sí, no piensen mal, no hablo de una relación romántica con una chica, sino de una gran amiga que con su hijo me han enseñado muchas cosas, y que sigo aprendiendo de ellos, porque ya son parte de mi vida.
No fue lo único, también descubrí que entre un buen de lágrimas y enojos, podía enfocar mi coraje a una clase de concentración.  Un coach me diría que no vale la pena que llore por alguien a escondidas en el camión, lo cual suena un poco ridículo y malo, pero en su momento juro que fueron las palabras que me hicieron tomar mucho coraje y enfocarme al 100x100 de mis entrenamientos, y así descubrir que no soy la mejor ante muchas personas, pero soy porque me conozco y porque sé de qué soy capaz y puedo seguir poniéndome mayores retos al jugar futbol americano y al concentrarme.
Juro que esa emoción de enojo y coraje la tome por los huevos, aleje a todo mundo de mí, los mande al carajo y pensé para mi “Nadie viene a molestarme mientras hago lo que a mí me gusta”. Y fue la mejor frase, ya que sin proponérmelo me encontré buenas amigas, encontré una familia en el futbol y encontré una forma de vida en la que me aventaron de la manera más brusca y violenta hasta ahora pero  lo agradezco porque a esos golpes los puedo recibir y los puedo esquivar.
Conocí gente hipócrita que supe cómo lidiar con ella, y también conocí gente que sin más confió en mí y creo que no los he decepcionado.
Tengo una perrita linda, y una gato/gata que no duerme si no le acaricio la espalda y le platico lo que pienso.
Trabajo en una asociación civil que solo en sueños podía imaginarla, y ahora he encontrado las mejores personas con quien llevar a cabo mi sueño realidad, y que el año que viene estaremos llenas de proyectos porque las tres tenemos muchas ganas de hacer que las cosas cambien y mejor aún, encontramos que podemos cambiarlas y no solo quedarnos a verlas.
Además concluí una parte importante de mi vida profesional y académica, y trabaje de varias cosas que me gustaron. Leí mucho y también hice mucha práctica en San Idelfonso.

Me enamore de animales, de paisajes, de momentos, de vinos, de atardeceres, de un montón de recuerdos y creo que ya no estoy satisfecha como al principio de año, pero eso es lo mejor porque ahora con esa misma certeza sé que tengo expectativas muy altas que no se cumplen fácilmente pero seguro encuentro como lograrlas. 

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