Reflexión del día del padre

“El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente.”
Simone de Beauvoir


Muchos tienen su pequeña reflexión del día del padre, un día en que no se gasta tanto como en el día de la madre según las estadísticas. Pues al parecer el gasto que se hace en regalos para el día de la madre puede llegar a ser muchas veces el equivalente a lo que se gasta en el día de Navidad según las estadísticas del INEGI en el 2012.
 ¿Qué quiere un hombre? No lo sé y la mercadotecnia dudo que lo pueda saber en realidad. ¿Qué quiere una mujer? Eso es menos complicado, en definitiva no son esos productos de casa para que se quede más tiempo, así como tampoco debe quedarse en que una mujer se sienta feliz con el hecho de que le ayuden en el quehacer de la casa donde no es la única que vive ahí. Y es ahí donde todos nos podemos equivocar,  pues el pensar que el ayudarle a nuestra madre a cocinar y que eso la hará feliz (y lo más triste de caso es que eso es realidad) puede ser realmente peligroso pues aceptamos con resignación que es un deber de la mujer hacer eso y que las demostraciones de afecto solo se limitan a estar en la casa y ayudar en eso.
Realmente no quiero limitarme al caso de las mujeres, quiero pensar cual sería el equivalente de los hombres, pero cuesta más trabajo. En el día del padre quisiera pensar cual es mejor regalo que se le puede dar a un hombre en esa condición, pero lo cierto es que conozco diez madres solteras por solo un padre soltero que exista, claro que conozco familias que aún son nucleares y que festejaron de alguna forma, pero me pregunto qué ocurre con aquellas mujeres que ahora representan solas el papel de madre y padre.
Conozco muchas mujeres que se volvieron tan fuertes que se sorprendieron de lo que pueden hacer por el hecho de estar en esa condición. El ser una madre soltera no es una tarea fácil, así como tampoco lo es el ser hijo monoparental.
Lo cierto es que se supondría que en teoría la paternidad es una tarea de ambos, no, no es una tarea, es una forma que se decidió vivir, que se decide enfrentar y afrontar, pero quisiera entender que ocurre con todos esos padres que fácilmente se desatan de sus hijos y que viven ahora siguiendo en fiestas, en sus planes, saliendo con otras mujeres, sin lidiar con los gastos médico, durmiendo tranquilamente sin la necesidad de despertarse porque el niño llora, sin platicar con ellos cuando la edad de las dudas llega.
Entiendo que tal vez nadie tiene el compromiso de algo que no quiere, menos de alguien, pero quisiera comprender que en ese “no compromiso” existe un sentido humanitario de responsabilidad, un sentido que deja vivir y permite vivir, un sentido que se gana el honor de ser un buen padre y no un hombre más.
¿Qué ocurre con la paternidad? No lo sé.




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