"Desnudez sin sentido"

Hay cosas que nunca le digo a nadie, y creo que ahora existe la excusa perfecta para poder platicar con alguien más.

Hay cosas que quisiera decir, sí, hay momentos en los que soy tan frágil que no confío en nadie para que me pueda escuchar o tan solo oír como un pequeño lamento. Esos momentos los llamo “desnudez sin sentido” porque es justamente eso, ese instante en el que no sé porque siento que debería decir toda la verdad de cómo me siento, de lo que tengo, de lo que me da miedo y de lo que llego a pensar en el futuro. De mis sentimientos y de mis peores errores que no quisiera volver a repetir.

Existen esos momentos de “desnudez sin sentido” y son así: Yo normalmente estoy acostada en una cama, veo al techo, veo mis piernas, me doy cuenta de cómo -no- estoy vestida, y sin motivo alguno mis ojos se llenan de un líquido parecido a lo que la gente llama lágrimas y el pecho se llena de valor para decir las siguientes declaraciones que puede que estén completamente fuera de lugar y de momento pero que solo quieren salir, esas frases que son la parte más pura y más cruda y más roja de mí. Lo más interior de lo que imaginan y qué es solo esa sensación de sentir cada fibra de mi ser siendo capturada a cada instante por unos dedos curiosos.  

A esos momentos de “desnudez sin sentido” los detengo, cierro la boca y busco hacer otra cosa. Quienes han estado conmigo lo sabrán, se habrán dado cuenta que de la nada, dentro de esa tranquilidad me da por contar un chiste o moverme de lugar, abrazar, poner música, dormir… todo lo necesario para evitar decir lo que realmente sería una parte profunda de mí.

Te lo cuento a ti, pequeña ballenita loca, esa que residió por instantes en un océano de incertidumbres y que nunca tuvo la intención de quedar encallada.  La que me vuelve loca por las noches preguntándome sobre esos sueños del futuro y que me hacía sentir de todo menos a mí misma.
Es curioso como las cosas coinciden en tiempos, como por instantes te enamoras por completo de alguien y estarías dispuesta a cambiar toda tu vida, como por segundos dejas de ser esa persona tranquila y como es que enfrentas de la manera más solitaria la decisión más difícil de toda tu vida.

Ballenita mía, te amo sin siquiera conocerte, pero te amo por ser parte y no parte de mí. Te amo por dejarme ser quien soy y por darme la oportunidad de seguir siendo una persona que jamás se cansa de aprender a pesar de las decepciones que tiene ya un corazón agotado de esas cuestas sobre la montaña. Si algo he de prometerte es que ahora eres a quién le puedo regalar esos instantes de “desnudez sin sentido”, en los cuales le digo a un hombre que lo quiero aun sabiendo sus verdades, le digo a otra persona que no puedo seguir así, siendo la etapa escondida de su vida; y le confieso a quien me rompió el corazón qué siempre será el amor de mi vida. Le digo a quien engañé que lo siento; y le cuento a quien más confianza me tiene que no soy una buena persona. Le digo a mi mejor amiga que me da miedo perderla como he perdido a varias personas que ame tanto en mi vida, y me animo, de esa misma manera, estando desnuda y sin sentido a decirle a mi general que tal vez con todas mis acciones, ya no debería ser parte de su tropa pero que ahora más que nunca lo necesito como a nadie.


Tal vez esto no lo entiendas del todo, pero prometo que en algún momento te lo explicaré, al final de todo, siempre fuiste parte de mí. 



Comentarios

  1. Que bueno fue leer esto ahorita, quizás no le entendi del todo, pero fue algo que disfrute en esta noche. Fue una lectura agradable. Saludos.

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