Qué han hecho con tu mente

Dicen que entre más cerca estás de la muerte, más aprecias la vida.
Las personas más inteligentes que he conocido no las encuentro en congresos ni escuelas, universidades que mantienen un prestigio exuberante, no, están en los cafés, en las gasolineras. 
La  inteligencia no te da un nivel de prestigio  superior a los demás para poder avanzar a un sistema igualitario y percudido bajo las ambiciones del poder adinerado sin sentido bajo un trabajo que no tiene sentido y que cumple una función que jamás verás. 
¿Qué sentido tiene trabajar para un sistema que se devora a sí mismo?
¿Cuántos hombres y mujeres prostituyen su tiempo solo  para cumplir las  necesidades inexistentes creadas bajo el consumo irracional?
Nosotros que no experimentamos una guerra ni una crisis nos mantenemos inertes en un pensamiento  irracional.
Mantenemos la lucha espiritual de la cultura con la que los muertos han seguido hasta  su descanso en la tumba, pues aún después de la muerte hay que trabajar para pulir el sistema que nos alimenta.
Las pistolas se limitan a disparar a una sola dirección. 
La libertad se limita a tomar una sola decisión.
¿Qué somos sino el vómito asqueroso de una generación que busca únicamente mantenerse al pie de la "civilización" hacia el progreso?
Ni el humo de tu cigarro te pertenece aún en la alienación de la realidad que construyes con tus actos puedes estar seguro de que no vives un sueño, pues deja de adormilar tus sentidos que lo que está ocurriendo no deja de ser por la anestesia que consumes.
Lo que hoy vives marcara la diferencia en que puedas o no seguir en el ruedo como fichas de ajedrez que con un poco de voluntad podrás ver el desorden al juego perfecto que te han dejado jugar.
Te imaginas que pasaría si cada uno tuviera la conciencia de su trabajo y el desorden que puede armar, para no solo ser un grano más de arena o una estrella más en el cielo sino realmente cambiar la idea y matar  al cordero que por siglos ha simbolizado una creencia  basada en la ignorancia.

Porque sé que todos tenemos la necesidad de extinguir ese instinto que nos da miedo tener y que por eso jamás no podremos conocer.
Y al final de esto no necesitas creer en mis palabras, solo mira -si es que puedes- lo tan sumiso que eres con los sueños que te han creado bajo las ideas de los demás que no puedes controlar. El ejercito de las mentes lavadas puede absorverte más de lo que te gustaría admitir.

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